Cristinismo: el cálculo y la política


Colgamos el post después de un debate "online" con el amigo Juan Dal Maso de "Los Galos de Asterix" que nos hizo pensar...Por lo que recomendamos leer el post suyo de hoy para "equilibrar" éste (y por supuesto que también viceseversa)

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Los números y el cálculo


Los números de la elección del domingo, ratificaron lo que había sucedido en las primarias. Que esta vez las elecciones hayan sido “de verdad”, le da al hecho mayor relevancia, pero políticamente un resultado de este tipo ya estaba dicho antes de la realización de los comicios.
Los defensores del gobierno remarcan una lectura de las cifras y de los hechos que, tomados en sí mismos,  pueden adoptar carácter espectacular. Más que Alfonsín y hasta quizá que Yrigoyen y un poquito menos que Perón, la mayor distancia histórica con el segundo, la primera mujer que se reelige y otros “récords” que seguramente podrían encontrarse si se rastrease un poco más.
Pero la política es algo más compleja que una cuestión de números. O, en todo caso, el análisis político debe explicar esos números y esos hechos y ahí comienza la verdadera discusión política.
La historia, la relación de fuerzas políticas y sociales (es decir de clases), la economía y la situación internacional, son el complejo  entramado en el que hay que leer el momento presente, incluido el  triunfo electoral de Cristina Fernández, la situación del conjunto del régimen político y pensar el futuro.

La historia y la época

Sin la crisis del 2001, poco puede entenderse lo que aconteció durante todos estos años. Y aquella “crisis orgánica” que culminó en las jornadas de diciembre, fue parte de un proceso internacional de crisis del “neo-liberalismo” como forma de estado del capitalismo de los últimos 30 años.
Aunque no se llegó al fin total del “paradigma neoliberal” y sus formas político-culturales (en varios países de la Europa del presente puede verse el intento de aplicación de sus mismas recetas), sí entró en una fuerte crisis que obligó a cambios a las clases dirigentes.  Algunos (pocos)  cambios en las relaciones entre estado y economía y otros tantos en el discurso político-ideológico general, debían hacerse, si quería evitarse poner en riesgo el sistema en su conjunto.
La “primera mujer en reelegirse”, se inscribe en el marco del “primer afroamericano” en el gobierno del EEUU, el “primer originario” en el gobierno de Bolivia y el “primer obrero” en el gobierno de Brasil. Los “indignados” norteamericanos y los originarios recientemente reprimidos en el altiplano, demuestran que estas “novedades” en el personal político del estado por arriba, no son garantía de nada “por abajo”.
La relación de fuerzas interna en la Argentina pos-2001 se plasmó en una forma de estado y de gobierno que debió “aggiornarse” a una nueva situación de crisis de la política y los partidos y a la emergencia de la movilización popular. Las debilidades que arrastraba consigo la clase trabajadora y el pueblo, consecuencia de los años de la “restauración neo-liberal”, fueron un límite a la radicalidad del cuestionamiento a la Argentina capitalista durante aquellas jornadas y un hándicap para la sobrevida de su régimen político y sobre todo de su principal sostenedor: el peronismo.
El kirchnerismo emerge haciendo equilibrio en esta situación y con un gran apoyo en la dirigencia sindical. La herencia duhaldista de la devaluación y una economía internacional, favorable durante estos años para Latinoamérica en general y la Argentina en particular, le brindan una gran ayuda para la recomposición.
Medidas político-culturales como el discurso de DDHH, la renovación de la Corte o el matrimonio igualitario, para citar algunos ejemplos, que hicieron patalear a algunos, pero no afectaron seriamente el interés de corporación alguna, le permitieron ganar ascendencia en las clases medias progresistas. La reconciliación de estos días con la corporaciones agrarias demuestra que la “125” no fue ninguna “batalla antioligárquica”, sino un simple error de cálculo. 
La mayoría del espectro opositor que sufrió su última y patética derrota este domingo, no supo o no quiso ver estos cambios del “espíritu de época”, nacionales e internacionales, pretendiendo volver  a distintas formas de “menemismo”(concepto "teórico" en el que incluimos a la Alianza). El peronismo federal y el radicalismo (donde incluimos a su fracción “mística”, Carrió), pagó en la lona del domingo, esta miopía política y por supuesto favoreció la espectacularidad de los números a favor del gobierno. Si hasta el mismo Menen se "avivó" de que el “menemismo” era cosa del pasado y hoy se cuenta entre los triunfadores del Frente para la Victoria riojano. Binner fue la excepción a esta debacle, justamente porque el “socialista sojero”, trató de ubicarse como alternativa “por izquierda” al kirchnerismo, difícil para un hombre de su trayectoria. La consolidación política del voto a la “extrema izquierda”, que desmiente que sólo era un “voto lástima” o “milagroso”, también se enmarca en esta situación más general y fue una demostración de que hay mucho a la izquierda del kirchnerismo (cerca de 700 mil votos al Frente, sumando a presidente y diputados)

Coalición "cristinista": presente y futuro

Pero la actual “coalición cristinista” se apoya hoy esencialmente en un pejotismo de intendentes y gobernadores que nunca pretendieron ser parte del relato (aunque supieron tragarse disciplinadamente el “sapo progresista” y el ninguneo de los primeros años) y están siempre dispuestos a la “traición con aviso”, típica del peronismo, que desde el mismo 24 empezó a discutir la sucesión. Además atraviesa una crisis con y de la dirigencia sindical, que expresa más en general el problema estratégico de la relación del gobierno con el movimiento obrero, al que no sólo no puede darle “más”, sino que es difícil sostenerle el “nunca menos”, en el marco de la crisis mundial que comienza a actuar en el país. Además de que, como afirman preocupados blogueros kirchneristas, al gobierno “no le sobran sectores sociales organizados”, a pesar de cierto entusiasmo para eventos festivos (o funerarios) de calendario, como el Bicentenario, los funerales de Néstor Kirchner o el festejo del triunfo electoral muy “pro” con flolklore “Nac&Pop” de la “noche del domingo” cristinista, en el marco de una sociedad como la argentina de la "movilización permanente". Cierta militancia en una juventud bancada desde el estado, con “jóvenes” que pasan directamente a bomberos-funcionarios, sin siquiera haber sido “incendiarios”, no puede calificarse de una fuerza orgánica y verdaderamente “militante”.
El conformismo social, un producto más del pasado que del presente y menos del futuro, chocará inevitablemente con la crisis mundial y ahí se medirán las fortalezas y debilidades del gobierno. La apariencia de los números, que le dan indiscutible fortaleza coyuntural al gobierno, no puede negar la realidad de la política.

Comentarios

  1. espectacular sintesis muchachos... a no aflojar! mas q nunca, resistir a este modelo de robo, afano y Korrupcion

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  2. Excelente análisis, de lo mejor que he leído estos días

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  3. a este muy buen post ahora le pedimos los lectores una segunda parte, que desarrolle brevemente la historia y epoca de la clase obrera para pensar la coalicion de la izq obrera, su buen presente y las tareas del futuro. saludos

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  4. BUENISIMO SIN NINGUN GREGRE PARA DECIR GREGORIO.BIEN SINTETICO Y AL HUESO

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  5. La capita de intelectualismo trosko apenas tapa la esencia goriloide. El malón mestizo les resulta incomprensible, reproducen el misticismo lilito en versión incendiaria.
    Saludos.
    El Gauchito Gil

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