Exclusivo: últimas "revelaciones" de Capitanich (de Luzbel a Gramsci)

Luego de que acá nos informara sobre la hoja de ruta de su gestión al mando de la JGM. Ahora explica el origen de todos nuestros males. Parece que este Luzbel, cuyo nombre de guerra es Satán, era medio "tumbero", porque tanto con Lutero, como a AG, la tranza fue en la cárcel.
El "Se entiende, es tentador..." es genial!



Dijimos que Luzbel, en el inicio de la creación, al rebelarse ante Dios, se convirtió en Satán y fue arrojado del paraíso junto a los demás ángeles rebeldes que subvirtieron por primera vez el orden creado. Satanás fue, al negarse a obedecer a Dios, el primer subversivo de la Creación. Este mismo espíritu de subversión saltaría el cerco del paraíso para hacer caer a Adán y Eva. Entraría después en el mismo corazón del sagrado colegio apostólico y se ganaría a Judas. San Agustín denunció este combate en el siglo IV en sus “Dos ciudades” y San Ignacio en el siglo XVI en su batalla de las “Dos banderas”. 

Satanás acrecentó su ofensiva en el siglo XVI invadiendo la celda y el corazón del fraile agustino Martín Lutero, quien se levantó contra Roma y fundó su Iglesia protestante, “protestando” y partiendo la conciencia europea en dos. La Iglesia como madre vio partir hacia el error y la herejía a la tercera parte de sus hijos... la inigualable España defendió ella sola la integridad de la Fe católica frente a la herejía con una ametralladora de santos, lo que le valió el honor de ser llamada el “El brazo derecho de la Cristiandad”, y contrarrestó la pérdida de millones de almas evangelizando a veinte naciones que hoy, gracias a ella, rezamos en español.

Esta herida y división que se abrió en la conciencia europea permitiría la entrada de errores y filosofías enemigas de Cristo y de su Iglesia, que atacarían el mandato de Dios al hombre: “Me amarás con tu mente”, no sólo desde afuera, sino desde dentro. Dios (desde el Génesis), y la Iglesia recordarían al hombre que era “polvo” y que en el “polvo” se convertiría. El liberalismo comenzaría a susurrarle al oído que era un “dios” y que no debía tener, por lo tanto, leyes superiores a sus placeres y a sus intereses... ganaría Satán lógicamente, con esta mentira, millones de adeptos. Se entiende, es tentador...

La masonería introduciría sus “Caballos de Troya” contra el orden social cristiano infiltrándose camuflada y secretamente en las leyes, la política, las Fuerzas armadas, la economía, las finanzas, la justicia, los sindicatos, la prensa, el cine, la televisión y especialmente en la educación, porque El tesoro que todo enemigo de Dios ambiciona es la juventud y hasta la infancia. Clemente XII, Benedicto XIV, Pío VII, VIII y IX, León XII y Gregorio XVI la condenaron, y León XII denunció a esta serpiente que nos envuelve “en su abrazo cariñoso” para luego estrangularnos como la que nos inyectó “el mortal veneno que circula por todas las venas de la sociedad”.

El socialismo y el marxismo serían más tarde los instrumentos visibles más brutales de Satán. El último definido por la Iglesia como “intrínsecamente perverso, prometiéndole al hombre el paraíso en la tierra, pero privándolo de todos sus derechos naturales, hasta… el de creer en Dios. Como el hombre no quiso aceptarlo “libremente”, hubo que asesinar en el siglo XX a 100.000.000 de personas para explicárselo. 

Pero el marxismo engendraría en el mismo siglo a su hijo más perverso, por lo sutil: a Antonio Gramsci, quien ideó la estrategia para “tomar” al occidente cristiano. Y con Gramsci, Satán daría la vuelta de tuerca final en esta revolución anticristiana que intenta, desde el Génesis, robarle a Dios el alma inmortal del hombre. Antonio Gramsci (uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano) como Marx y Lenín, buscó la toma del poder total. Satanás le susurró al oído una estrategia menos violenta que la de aquellos en la soledad de su cárcel mussoliniana. Le inspiró sustituir el ataque por “el asedio”. 

(La verdadera fuente ACÁ)


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