Revolución pasiva, revolución permanente y hegemonía
Juan Dal Maso/Fernando Rosso
Es un clásico lugar común de la mayoría de los intelectuales gramscianos (también de algunos antigramscianos furiosos) el de presentar las teorizaciones de Gramsci sobre la cuestión de la revolución pasiva como el “fundamento objetivo” de una estrategia “hegemónica” opuesta a la revolución permanente. Desde esta óptica, a la capacidad del capitalismo de operar recomposiciones de todo tipo, es necesario oponer una lucha política de tipo acumulativo, cuyas definiciones estratégicas no van más allá, en el mejor de los casos, de la constitución de un “bloque popular” que opera un cambio en la relación de fuerzas o, en el caso menos afortunado, diversas variantes que van de “izquierdas amplias” (Europa) hasta “gobiernos progresistas” (América Latina).
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