Causas y consecuencias de los “errores no forzados”

Columna en Diario Alfil del 28/02/13 



Por Fernando Rosso 

frossocba@gmail.com 


Hace ya varios meses que las iniciativas políticas del gobierno nacional tienen como resultado una suma cero y como todo lo que no avanza, retrocede. Los tiempos en que ocupaba el centro de la escena parecen haber quedado atrás. 

Pocas horas antes de la realización del acto por el primer aniversario de la tragedia de Once, fue el discurso de Cristina Fernández el que radicalizó el pronunciamiento de las víctimas. Lo que escondía el ya desgastado recurso de la actuación melodramática era la búsqueda de una absurda identidad entre una accidentada pérdida personal y las consecuencias bochornosas de un crimen social masivo y todavía impune. La maniobra del “maternalismo bonapartista” (“yo sé lo que es perder a un ser querido”) no prosperó y tuvo su merecida respuesta en la plaza. Artistas, figuras de los derechos humanos e intelectuales, sectores sociales y de la cultura que el gobierno consideraba cautivos, esta vez se encontraban del otro lado. Y a diferencia de los cacerolazos, el pronunciamiento político de la manifestación fue por izquierda, demostrando que hay algo más que la imaginaria pared del relato. 

Con el “Memorándum” de entendimiento con Irán por la causa AMIA, el gobierno se encerró en un laberinto de difícil salida, ni siquiera por arriba. No está claro qué resultado político pueden obtener además de la pérdida del apoyo de la comunidad judía en la Argentina que tan bien supieron ganarse a golpes de seguidismo fiel a la política norteamericana e israelí en los organismos internacionales. La orientación más dialoguista actual, lejos del “nacionalismo” pro-iraní y “anti-occidental” que denuncia gran parte de la miope oposición, en realidad acompaña un giro de la administración norteamericana hacia abrir canales con país persa, preocupada por resolver otras urgencias de la agenda internacional.

Finalmente, el cierre unilateral de la paritaria docente desató la huelga en la mayoría de las provincias, pero el dato político más destacado es que empujó al paro a la conducción nacional de un gremio (CTERA) que está entre los más “firmes” aliados del gobierno. 

A las limitaciones impuestas por el agotamiento del “modelo” y la sucesión imposible, el cristinismo químicamente puro le suma una lógica política de “ofensiva permanente” que acelera el declive de su hegemonía. 

De fondo y tiñendo permanentemente todo el escenario está el quiebre de la coalición con los sindicatos, la tan mentada “alianza estratégica” mutó hacia una creciente ruptura que avanza en relación directamente proporcional al aumento de los grados de la fiebre “frepasista” de Cristina Fernández. La ruptura de la alianza estratégica ya trajo los primeros problemas tácticos: un conflicto docente de resolución incierta y un acuerdo del 30% de Luz y Fuerza, otro gremio, ejem…también oficialista; y las paritarias recién comienzan. 

El cristinismo se quedó con la foto del 54% y dejó de mirar la película que muestra profundos desplazamientos. 
Alguna vez se dijo de Eva Perón que había tomado al país como escenario y al desarrollo de su vida como la misma encarnación de la historia nacional. La Historia se encargó de demostrarle lo contrario a la representante del alma plebeya del bonapartismo peronista, a quien agradecieron sus servicios con la imposición de un renunciamiento histórico, tan cobarde como sobrecargado de lirismo. Había cumplido su rol en la contención de los sindicatos y, a través de ellos, colaborado con la incorporación del movimiento obrero a la república burguesa, a costa de la pérdida de su autonomía política. 
La fracción típicamente pequeñoburguesa de la etapa superior del peronismo kirchnerista, es decir, el cristinismo, copia del alma plebeya todos sus vicios teatrales y ninguna de sus virtudes estratégicas. Y se propone, con su pedantería característica, desandar el camino y enfrentar al movimiento obrero, teniendo a los revolcones a la burocracia sindical que no es más que su expresión distorsionada. En esto, dicen, sigue las indicaciones de un teórico que imparte lecciones de doctrina “nacional y popular”, desde su cómoda residencia académica londinense. Queda por observar cual será el trato que le deparará la Historia al nuevo engendro de un peronismo “invertebrado”. 

Comentarios

  1. Re incisivo el articulo. Demanda un gran conocimiento de la historia peronista. Yo estoy totalmente de acuerdo con lo leído. Lo dramatico es que la mina enfila el barco hacia el naufragio con todos nosotros adentro. Lo mismo paso con la derechizacion del peronismo a partir de 1973. Es una calamidad. Pienso que la politica de prepararnos para ese dia es lo mejor que se puede hacer, prepararnos participando de las luchas y proponiendo incansablemente una politica independiente para los trabajadores. El embrion esta, pueda ser que su crecimiento no se detenga.

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