Crisis de Hegemonía
Alguna vez Líbano, Siria y Egipto temblaban cuando Washington hablaba. Ahora se ríen. No sólo tiene que ver con lo que pasó con los estadistas del pasado. Nadie se creyó que Cameron fuera Churchill ni que ese hombre tonto en la Casa Blanca fuera Roosevelt, si bien Putin es un Stalin aceptable. Se trata más de una cuestión de credibilidad; nadie en Medio Oriente toma ya en serio a Estados Unidos.
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