La índole de ciertos oficios, el profesor Toer y sus burradas "serviles"


Los amigos del Observatorio contestaron algunas cuestiones de esta nota que Mario Toer publicó en el diario de Irigoyen del gobierno Kirchnerista, para nuestro gusto muy diplomáticamente. Facundo Aguirre también hizo su crítica acá, mientras escribíamos este artículo.
Se dieron varios debates en la blogsfera con peronistas como Manolo Bargue o Abel F. o inclusive el mismo Artemio L. y aunque casi siempre son diálogos imposibles, el ejercicio de la crítica y el intercambio de argumentos da como resultado estimular el pensamiento, afilar las teorías, "falsar" y reconstruir hipótesis. Claro, todo esto se produce cuando los protagonistas, a pesar de las licencias para ciertas chicanas y exageraciones propias de un "duelo" ideológico, confrontan con cierta honestidad intelectual ideas  y fundamentos.
No es ese el caso del "profesor" Mario Toer. Su artículo parece más bien un berrinche y un pataleo contra presuntos trotskistas que son pocos pero intensos y no permiten que el proyecto transformador "nacional y popular" comandado ahora por CFK y "fortalecido" por Gildo Insfrán, el Gallego De la Sota, Aldo Rico y varios intendentes duhaldistas de toda la vida, se lleve adelante en "Pax".
Por supuesto, como es un profesor universitario y nada menos que Ciencia Política, tiene que adornar sus instintos primarios con ciertas definiciones pseudo académicas. Pero de la pluma (o las teclas) de un ofuscado señor ya entrado en años, solo salen verdaderas burradas.
Así, según la definición de Toer "el arte de la política implica, al menos, una cierta capacidad para obtener una creciente y apreciable audiencia en el escenario en el que se está inserto". Así que ahora la política (y su arte) dejaron de ser en esencia la lucha por del poder del Estado (en el caso de los marxistas, la lucha por destruir éste estado y poner en pie otro, con un carácter de clase opuesto y a la vez el comienzo del fin de todo estado), para pasar a ser un problema de "audiencia".
Luego viene lo más "rico" de las gansadas del profesor Toer, cuando afirma que el trotskysmo nunca habría roto con las premisas de la Segunda Internacional. No vamos a relatarle a este profesor de Ciencia Política la historia del marxismo, la lucha de Lenín y Trotsky contra los dirigentes de la Segunda Internacional, contra su "4 de Agosto", cuando mandaron a la carnicería imperialista a las clases obreras de sus propios países en nombre de la defensa de la Patria y así declararon su bancarrota. Lenín y Trotsky y un puñado de revolucionarios en  Zimmerwald y Kiental comenzaron sentar las bases de una nueva Internacional (la III), de la cual el trotskysmo y la IV Internacional fueron la continuidad. El marxismo revolucionario del siglo XX se hizo en lucha contra el reformismo de la II Internacional y la burocratización y el nuevo reformismo de la III. 
Pero la esencia del "argumento" de Toer, está en esta afirmación: "No comprendieron las transformaciones del siglo XX, todas las implicancias del imperialismo y mucho menos la índole de los conflictos en las periferias. Su propuesta estratégica, sea en Noruega, Francia, Mozambique o Bolivia, será la misma: “frente obrero” o “frente de trabajadores”. Nunca pretendieron encontrar un enemigo principal o procurar la unidad del pueblo".
Traduzcamos, Toer se enoja porque los trotskystas "no entendemos" que "la derecha" es el enemigo principal, entonces Insfrán, la burocracia sindical asesina, los duhaldistas Anibal Fernández o el neoliberal devenido en peronista "boy" Amado Boudou, el gallego De la Sota, el carapintada Aldo Rico, duhaldistas como Mussi y otros intendentes, menemistas como Scioli, entran en las categorías de "enemigo secundario" y "aliado circunstancial". Hay que ser un verdadero artista de la política (o un payaso de la academia) para hacer pasar esto como una "política transformadora nacional y popular", al menos podría hacer como Artemio López que volvió a un peronismo puro y duro, sin muchas vueltas.
Pero Toer cae víctima de sus propias afirmaciones, dice a propósito del tiempo en política que cuando en determinado período uno no logra los objetivos, podría cambiar de oficio. Toer tendria que hacer caso a sus palabras y dedicarse a otra cosa. El gobierno que defiende luego de 8  años de crecimiento a tasas chinas no resolvió ninguno de los problemas estructurales de los trabajadores y el pueblo pobre en la Argentina: trabajo precario y tercerización menemista, flexibilización, falta de viviendas y tierras para los pueblos originarios (como les rercordaron quienes ocuparon el Indoamaricano y fueron asesinados en un operativo conjunto de la Federal y la Metropolitana y los miembros de la comunidad Qom, que mandó a matar el "aliado circunstancial", Gildo Insfrán), solo para nombrar algunas cuestiones de la "herencia" que este gobierno no cambió en lo más mínimo.
No negamos que ciertos "trotskystas" con sus acciones improvisadas y guiadas por el aparato, le dan letra al gobierno y a infelices como Toer para escribir estas cosas, pero el hecho que toma Toer para la crítica, el improvisado corte del 23, no es justamente un ejemplo de "trotskysmo".
Justamente por eso se aferra a esta acción y no habla de la gran lucha de Kraft, el ejemplo de Zanón y la larga lucha de los trabajadores tercerizados del Roca, donde la estrategia de la alianza obrera y popular, la sana relación entre trotskystas militantes de partido y auootganización obrera, convirtieron a esas luchas en "escuelas de guerra" en el sentido leninista, luchas que lograron un amplio apoyo popular y demostraron la potencialidad de la hegemonía obrera.
Atilio Borón, había polemizado con Toer, cuando éste último llegó a afirmar en otro artículo del Boletín Oficial, algo así como que el kirchnerismo era un gobierno "más que merecido", por las masas argentinas. Nosotros habíamos escuchado el lugar común de que "los pueblos tienen los gobiernos que merecen", pero lo de Toer es una absoluta novedad, dicha en pos de servir al kirchnerismo. Este sería un gobierno "que es más de lo que se merecen" los trabajadores y el pueblo. Argumentando semejante afirmación en una histórica relación de fuerzas, en la estructura política del país etc. etc. Para Toer el pueblo Argentino merecería un gobierno "peor", pero el buenazo de Néstor nos concedió más por pura filantropía.
Solo un "intelectual" que no tiene que pensar donde van a dormir sus hijos mañana (como aquellos a los que su gobierno expulsó con métodos punteriles y en equipo con Macri  de Parque Indoamericano), que no tiene que huir de terratenientes que los apalean como en Formosa o que no tiene que trabajar cobrando la mitad del salario, como los tercerizados, puede "teorizar" desde su cómodo escritorio académico (o a veces "participando" en charlas de café como esta, para decir generalidades), sobre lo que el pueblo Argentino "se merece". 
Sabemos que los trabajadores y el pueblo se merecen mucho más y este profesor "charlatán" todo nuestro desprecio.



Comentarios

  1. Escribía Marío Toer pocos días antes de la derrota electoral, sobre el "conglomerado con mística" (léase PJ) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-126672-2009-06-15.html
    Toer nunca fue revolucionario... pero creer que los K son la UP de Allende... ejem!

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