Macri, Onganía y la "devaluación perfectamente descompensada"
El libro "Los compañeros.
Trabajadores, izquierda y peronismo. 1955-1973" de Alejandro Schneider
analiza la dinámica de la lucha obrera en todo ese periodo, incluido,
lógicamente, el gobierno de Onganía.
Cuando describe el programa
económico de la autodenominada "Revolución Argentina" (tanto anterior
como posterior al nombramiento de Krieger Vasena como Ministro de Economía), se
encuentran muchas similitudes con el plan de Macri: "modernización y
eficientismo" en el Estado, es decir despidos; apertura de la economía y
quita de todo tipo de protección a la industria nacional; devaluación; aumento
de tarifas y renovación de deuda con el FMI.
Sin embargo, además de las
distintas condiciones internacionales; el plan de Krieger Vasena tenía una
diferencia específica no menor: la devaluación del 40% fue, según la definición
de Juan C. de Pablo "imperfectamente compensada".
La herramienta de esta imperfecta
compensación fue… la "aplicación de impuestos a las exportaciones tradicionales"
(hoy más conocidas como "retenciones"), además de la baja de
impuestos para la importaciones.
Como parte de su plan
antiinflacionario (que tuvo cierto éxito coyuntural), el liberalismo militar
reinstaló las retenciones para evitar que sumen presión a la disparada de los
precios.
Macri bajó las retenciones a la
soja y las eliminó para el resto de las exportaciones tradicionales, por lo
tanto su devaluación sería "perfectamente descompensada" (de combinación explosiva con todas las otras medidas inflacionarias). El temprano
"descontrol" de los precios parece confirmar que el modelo empieza un
poco "descompuesto".
Ahora buscan una especie de “morenismo soft”
(con “precios webeados”, nuevo Indec dibujado y control “civilizado” de la
competencia con la creación de una Comisión de Defensa de la Competencia, que
amenaza con tener menos éxito que el “control militante”).
Macri esperaba que con una
orientación market-friendly desatada,
la lluvia de dólares e inversiones caería sobre el país, pero el mercado
mundial, hasta ahora, tiene cara de pocos amigos.
El peso relativo de la burguesía agraria (con la desindustrialización pos-dictadura y neoliberalismo, y la tecnificación del campo) cambió seguramente desde aquellos años a hoy. Pero Macri fue corriendo a cumplir lo pactado con la "zona
núcleo" del campo argentino (eliminar y bajar retenciones) que a la vez
fue el núcleo duro de su base electoral. Compensar a su electorado al “precio”
de empujar aún más la “descompensación” de la devaluación (que es
descompensada por naturaleza, pero si además se la ayuda…).
Parece que hasta la Revolución
Argentina (a la que, no hay que olvidarlo, se la llevó puesta el Cordobazo con “compensación”
incluida) tuvo más pruritos "nacionalistas" o “dirigistas” que la
pragmática "revolución de la alegría”.
Ahora dicen que bajar la
inflación tardará años y a dos meses de tomar las riendas de la administración,
la CEOcracia fanáticamente liberal mira crecer los precios desde abajo.
Comentarios
Publicar un comentario