El republicanismo que no fue



Por Fernando Rosso y Juan Dal Maso 

En una breve nota de Carlos Pagni, publicada el sábado pasado, el columnista de La Nación parece reclamar un "liberalismo que enamore" y en el artículo de opinión publicado el lunes siguiente en el mismo diario por el historiador Luis Alberto Romero, se convoca al pueblo argentino a dejar atrás los "malos gobiernos peronistas" y terminar con el mito de que “los peronistas son los únicos que saben gobernar”. Todo en nombre de una tradición republicana y liberal (con un leve barniz social-liberal en el caso de Romero), al parecer trágicamente imposible. Un "republicanismo que no fue".



Comentarios

  1. Me da pena que hayan malogrado un tema tan interesante como las posibilidades de la república a los ojos del siglo XXI, leí dos veces vuestro artículo y veo que caen en rotulaciones y lugares comunes que no aportan más que un pafleto para echar tierra a lo que ya sabemos no fue y no a lo que podría ser.
    Podrían haber investigado nuevas posibilidades, la república no es de derecha, todos los países socialitas se llaman republicanos, la R de URSS era por república; lo interesante sería investigas sus posibilidades antes que echar flit alegremente como Uds. hacen.
    El problema de la tradición liberal republicana argenta no ha sido el liberalismo, o sí porque hasta eso se desvirtúa en estas pampas, pero no el todo responsable, el problema de esa tradición republicana es y ha sido achicar el país al tamaño de la burguesía, por eso aquellos países socialistas que se decían repúblicas adosaban lo de "democrática" para diferenciarse de las otras en donde el pueblo no existía o estaba representado por las minorías intensas.
    El problema de la república ha sido siempre la centralidad, con o sin propiedad privada, si está centralizada, fracasará en su intento de que todos tengan iguales probabilidades de recibir.
    En Latinoamérica esto fue como consecuencia de los imperialismos que hicieron sus alianzas con un sector muy minoritario de la burguesía que además, en este país se concentraba en Buenos Aires.
    La suerte de la República a partir de entonces siempre estuvo atada a la tecnología, ergo la distribución interna siempre estuvo ligada a las distancias al puerto y a los medios para acceder a ellos. El problema de la república antigua y moderna no es la definición de un pueblo, sino las posibilidades de llegar a él, la teoría de redes puede aportar mucho al respecto, dado que debajo de cualquier red hay una estructura de poder que la sostiene, por lo que el diseño de la red es el mensaje, una red centralizada en un puerto jamás podrá parir una república.
    Una cosa más, la teoría de redes también aporta otro elemento y es el concepto de ergodicidad que es justamente una medida de república, que se emparienta con el Gini pero no es exactamente eso. La hipótesis ergódica postula "Al cabo de un período suficientemente largo de tiempo, la mayoría de las partículas se pueden encontrar en cualquier parte del espacio de fases(1) con igual probabilidad", si esto no ocurre, la república estará siempre restringida por la centralidad y la violencia para poder ejercer esa centralidad.
    En el caso argentino, Uds. reconocen lo que dijo RW en sus críticas a la conducción montonera en los setentas, tampoco aportan nada nuevo, toda posibilidad , cualquiera sea está ligada al peronismo, incluso la republicana, aunque parezca una contradicción, porque el pragmatismo que Uds, señalan está mediado por la forma clientelar del peronismo que es (contradictoriamente) una forma de república profunda que llega hasta allí, como nos señala el principio ergódico.
    Finalmente, antes de decir que la república fue un intento fallido, habría que analizar qué intenciones tienen quienes los que insisten con su inviabilidad. Pienso que se trata de elites que quiere seguir definiendo un pueblo, decirle lo que le pasa, cómo arreglarlo etc, en definitiva eliminarlo sea por izquierda o por derecha.

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