El futuro llegó, hace rato (a propósito de Carta Abierta)
Fernando Rosso*
@RossoFer
-Sencillo y raro -dijo Dupin.
-Justamente. Pero tampoco es
completamente eso. A decir verdad, todos estamos bastante confundidos, ya que
la cosa es sencillísima y, sin embargo, nos deja perplejos.
La carta robada. Edgar Allan Poe
El
asunto es demasiado evidente, pese a la perplejidad que parece
apoderarse de los miembros del colectivo de intelectuales kirchneristas. La
propuesta de Carta Abierta número 16 que ya circula de manera semi-pública en las redes sociales y lleva por título “Encrucijadas
del futuro”, desnuda, en primer lugar, la funcionalidad de la crítica
dentro de la estrategia oficial. Si Zola con su “J´acusse” disparado por el emblemático
caso Dreyfus funda la tradición del intelectual comprometido que pone a la
crítica denuncialista en el centro del enfrentamiento contra las injusticias de
gobiernos o estados; el último documento y las declaraciones públicas reafirman una tradición -muy propia del
progresismo argentino-, de domesticación de la crítica a los juegos mezquinos
de la pequeña política. Si la crítica se realiza sobre los hechos consumados
pierde su razón de ser y se convierte en adorno o maquillaje berreta, en compromiso
servicial con el orden y el poder.
El
kirchnerismo decidió que su estrategia es la retirada, y su táctica electoral
la presentación de varios candidatos para competir en la interna del FPV-PJ. Si
el objetivo es el sueño utópico de conquistar un candidato que pueda superar a
Daniel Scioli o el de posicionar, -dentro de la nueva racionalidad política que
imponen las PASO-, a varios referentes que luego terminarán bajándose a puestos
menores (gobernaciones o bancas legislativas); es secundario para el caso que
nos ocupa. La cuestión es que los cartaabiertistas salieron a la escena pública
a revelar las aberraciones del sciolismo después de conocida esta
decisión política (¿y por orden del oficialismo?) y a descubrir un hecho tan evidente,
como que Daniel... es Scioli (como Mauricio… era Macri). El gobernador
menemista que creció como figura bajo el cobijo de la coalición oficial, que
fue “custodiado” por los referentes de La Cámpora -incorporados el PJ-, en la
última reunión de Unidos y Organizados en La Matanza, que hasta ahora
usufructuó el silencio cómplice de los “críticos”; se convirtió bajo el imperio
de una táctica electoral en el eje del mal, en el depositario de todos los
peligros y en la continuidad imposible. Hasta ayer nomás era un gobernador
leal, merecedor solo de algunos susurros y comentarios elípticos en los
estrechos muros de la Biblioteca Nacional. Ricardo Forster había afirmado que
se ganó el derecho a participar de la interna y Eduardo Jozami, el más radical
contra el gobernador de la provincia de Buenos Aires en la asamblea de Carta
Abierta en la que se dio a conocer su oposición total a la candidatura de
Scioli, decía hace un año: “no hablo de Scioli, ahora apoyamos el mismo
candidato en la provincia de Buenos Aires”. El “mismo candidato” que apoyaban -Scioli
y Jozami-, era Martin Insaurralde, que
estaba haciendo una campaña de claro tinte sciolista y por ende massista, y hoy
coquetea con el ex intendente de Tigre con serio riesgo de “garrochazo”.
Encadenado
dentro de una política general, el último documento de Carta Abierta y sus
declaraciones públicas se evidencian como absolutamente funcionales a la
derecha que engendró la propia coalición oficialista. Y en un mismo movimiento
buscan dos objetivos: darle visibilidad política a la interna del PJ-FPV de la
cual sólo puede salir beneficiado el nuevo demonio Scioli y salvar la
discutible alma bella de los críticos, mediante el apoyo a un candidato que se
le oponga, pero que tiene prácticamente nulas posibilidades de éxito. Con esto
repiten un movimiento que llevaron adelante en los últimos 30 años: acompañar,
como ala izquierda legitimadora, hasta las puertas o incluso hasta adentro
mismo de la Casa Rosada a dirigentes conservadores, para luego romper a último
momento o en las horas tempranas porque “se dan cuenta” de que efectivamente se
hace realidad la crónica de una traición anunciada. El kircnerismo les brindó
la apariencia de que esta vez no iba a ser así, que podían apostar al final
feliz, por las medidas de pasivización que se vio obligado a tomar
condicionado por la relación de fuerzas, la crisis y la convulsión social
pos-2001, y favorecido por la devaluación duhaldista y el marco de la economía
mundial. Pero ahora se encuentran otra vez en la encrucijada cuidadosamente
construida, y espantados por los frankensteins que ellos mismos ayudaron a engendrar. Se borran
los límites difusos entre la “inocencia” y el cinismo del tropezar mil veces
con la misma piedra, o el resignarse conscientemente a su función de dudosa
honorabilidad. Total el que sufre las consecuencias es “el otro” o los miles de
otros para los que la “patria” es una realidad mucho más cruda que la comodidad
del funcionariado estatal o el último refugio de la siempre democrática
academia, desde donde ejercer la crítica sin mayores riesgos.
Y
esto nos lleva a la segunda cuestión que hace al contenido del último documento
de Carta Abierta. Involuntariamente saldan “por la negativa” dos debates, que
en realidad es uno solo, y que giró en la última década en torno a si ciertas
medidas que tomaba el gobierno eran producto de una voluntad política, de una
firme decisión basada en el convencimiento de enfrentar a las corporaciones; o
si por el contrario fueron sencillamente impuestas por las circunstancias con
el único objetivo de restaurar el orden y la autoridad, que todo país “sciolistamente”
normal merece. E íntimamente relacionado con esto, si para esta función se vio
favorecido de un viento de cola de la economía mundial en general y la
latinoamericana en particular o si fue el producto de una voluntad de cambio
profundo de los condicionantes económicos y estructurales dependientes del país.
La
devaluación fue forzada, obligada, impuesta y la inflación,
necesaria, sentencia el documento. “Cualquier análisis serio debe
partir de reconocer que las perspectivas de la economía argentina se hacen
gradualmente más inciertas como consecuencia de la incidencia de la crisis
económico-financiera internacional, las restricciones de la demanda externa y,
en particular, las expectativas de un crecimiento limitado del Brasil, nuestro principal socio comercial
(…)”.
La
situación llevó a devaluar la moneda. Como aquella trágica crisis que “causó
dos nuevas muertes”, la situación llevó a tomar una medida que causó
de un plumazo cientos de miles de nuevos pobres. No hay culpables o responsables,
el gobierno no tiene nada que ver, fue la dictadura de la situación.
Se
describen también en el documento las carencias
estructurales de la economía argentina, la extranjerización y el control del
aparato productivo por agentes empresarios con limitada disposición a invertir
y escaso interés por fortalecer un proceso de desarrollo tecnológico autónomo. Pero nadie reclame por esto al kirchnerismo, hay que golpearle las puertas a la
situación.
Y
el dilema no lleva a la exigencia de tomar medidas inmediatas que vayan en el sentido de afectar
estos intereses poderosos y a beneficiar a las mayorías populares (expropiar
las cerealeras, nacionalizar la banca o las empresas se servicios públicos,
aplicar el control obrero, expropiar a la angurrienta oligarquía, imponer
impuestos progresivos, estatizar realmente los recursos naturales). Eso no es
posible porque la situación lleva, obliga, fuerza, impone, limita. Lo único
que la soberana situación permite, autoriza, aprueba es…
abrir un debate, sobre una abstracción tan grande como “la centralidad del
Estado -incluyendo su involucramiento productivo- para un proyecto de
desarrollo nacional que al mismo tiempo concentre el máximo de los atributos en
cuanto a ampliación de derechos, distribución de la renta, nuevos planteos de
incorporación social y medidas auto protectoras del vivir común”. ¿Dónde
está el límite de los atributos máximos? ¿Cuál es la profundidad del involucramiento
en el terreno productivo? ¿Cuál es la frontera de la ampliación de derechos? ¿Cuáles
son las medidas concretas protectoras del vivir común? Lógicamente no se
definen, no se especifican, se dejan al arbitrio de lo tácito, justamente
porque los límites son los que impone, obliga, fuerza, la
situación -reina y señora-, que ya sabemos adónde te lleva: a la
devaluación, al ajuste y a la necesaria inflación. Y más aún, tenemos que estar
agradecidos de que el gobierno mantuvo el control de la coyuntura aplicando
medidas que por supuesto no deseaba, pero debía llevar adelante porque sino
“perdería el control de la coyuntura, en un escenario de fuerte presión de las
demandas salariales, creciente alza de los precios internos y de la cotización
del dólar. En ese contexto, el gobierno de Cristina Kirchner se vería obligado a transitar un
sendero de ajustes sucesivos y recurrir sin condiciones al crédito
internacional (…)”. La crítica servicial no solo justifica los ajustes
actuales, sino que aterroriza y justifica otros posibles y probables ajustes peores,
y no duda en afirmar que su gobierno no se resistirá en lo más mínimo a llevarlos
adelante, simplemente porque se vería obligado. ¿Acaso Menem no se
vio obligado? Con esta lógica que bordea el absurdo, la diferencia entre los
distintos modelos de ajustadores se reduce a matices casi psicológicos, entre aquellos
que disfrutan y gozan del ajuste y los que lo hacen por obligación. Pero como
el hambre que viene comiendo, el deseo de ajustar viene, nomás ajustando.
Otras
perlas del documento merecen mención, como el horror ante el discurso y
política de seguridad y guerra contra el delito de Scioli, mientras aceptan la
práctica de Berni que iguala manifestantes que cortan calles a delincuentes que
no merecen ni el beneficio de la duda. O el obstáculo epistemológico, similar
al del prefecto de París del que se ríe el Dupin de Poe, que los lleva a ni registrar
lo que se mostró delante de sus narices como un hecho más evidente que la carta
robada: la intervención del movimiento obrero en el paro del 10 de abril.
La
conclusión es que el gobierno no solo ahora, sino siempre, fue un simple
ejecutor de las medidas que imponía la situación y cuando obligado por unas
circunstancias y favorecido por otras otorgó determinadas concesiones, lo hizo
aprovechando los vientos favorables de la situación económico-financiera internacional,
las expansión de la demanda externa y, en particular, las expectativas de un
crecimiento no limitado del Brasil, nuestro principal socio comercial.
Es
decir, el reconocimiento actual del viento de frente, es una confesión del
usufructo del anterior viento de cola.
No
es el futuro el que está en la encrucijada, es el pasado que impone un balance,
donde la única verdad de esta realidad es que Carta Abierta fue el ala progre funcional que acompañó e hizo su aporte
crítico al nacimiento y desarrollo del sciolismo. Y avaló con la construcción
de un discurso legitimador, la adaptación a las condiciones de la dictadura de “la
situación”.
El
futuro llegó, hace rato… y “quizá lo que
los induce a error sea precisamente la sencillez del asunto (…) Quizá el
misterio es un poco demasiado sencillo -dijo Dupin (…) Un poco demasiado
evidente”.
Mayo 2014
*Partido
de los Trabajadores Socialistas www.pts.org.ar / Redacción Revista “Ideas de
Izquierda” http://ideasdeizquierda.org/
Forster puede decir lo que quiera, pero si Scioli al final es el candidato K todos sabemos que va a llamar a votarlo. Porque más que intelectual, es felpudo.
ResponderEliminarSi la estrategia k fuera la retirada ,dejar a Scioli como heredero sería la táctica .No ,
ResponderEliminarla estrategia K es trascender a los fundadores y permanecer .
La verdad es q no se avizora q haya nadie capaz de comandar ningun viento ni a favor ni en contra ni en calma siquiera fuera de este fenómeno K en constante transformación igual q el mundo global No hay nadie más Eso es evidente /Mabel
La tactica K se manifiesta a traves de Karta Abierta,Ignorar la realidad. Continuar con el relato por un lado y por el otro la crudeza de lo real;Milani al fte del ejercito!clausulas secretas con Chevron,mas de 5000 procesados por defender sus derechos,perpetua a trabajdores Petroleros,Ausencia de proteccion a los pueblos originarios,casi el 50%de la fuerza laboral debajo de un salario acorde a la canasta familiar.Se hace dificil creer el relato de los Intelectuales K
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